Alternativa ché

Tras cinco jornadas ligueras, más allá de la apatía goleadora del Real Madrid, los líos arbitrales con las tarjetas rojas y que el Barcelona sigue en forma a pesar de algún desliz como el del Hércules, lo más llamativo está siendo el buen hacer del Valencia de Unai Emery. La nueva era sin Villa ni Silva ha comenzado sin echar en falta a ninguno de los dos.

Cuando este verano se hacía innevitable la venta de sus dos estrellas, el Valencia se convertía en una incógnita que nadie sabía como se acabaría resolviendo. Comenzaron a llegar jugadores (algunos totalmente desconocidos) y la afición estaba más pendiente de que Mata no se marchase tambien fuera del equipo que de la llegada de nuevos refuerzos. Pero la escuadra valencianista se ha acoplado a la perfección y en cinco jornadas, de momento, sigue invicto, con pleno de victorias a domicilio y sólo cediendo un empate en casa ante un difícil Atlético de Madrid al que pudo vencer en la segunda mitad de no ser por un gran De Gea.

Unai Emery trabaja en la sombra, como siempre hizo, sin grandes titulares ni decisiones rocambolescas que den que hablar. Ha ido introduciendo los nuevos fichajes progresivamente, sin querer alterar los biorritmos de un equipo que se ha convencido desde el minuto uno que existe vida sin Villa ni Silva. Llegaron Soldado y Aduriz, los dos refuerzos más contrastados en la Liga BBVA, y juntos o normalmente separados, están consiguiendo goles con la misma facilidad que cuando jugaban para Getafe y Mallorca respectivamente, la presión de Mestalla no está pasando factura.

Más sorprendente, si cabe, es el rendimiento de otras caras nuevas que eran una incógnita. Tino Costa, tras una vida apasionante, llegaba a un conjunto de mayor entidad y sigue moviendo al equipo y consiguiendo tantos desde 35 metros con la misma eficacia que lo hacía en el Montpellier francés. Topal, ídolo en la liga turca, está deshaciendo la leyenda que reza que los jugadores turcos (salvo Nihat) no terminan de funcionar en la Liga BBVA. Y Ricardo Costa está aportando veteranía y firmeza a la zaga ché, olvidando el nefasto partido ante el Atlético donde no estuvo muy acertado.

Y todo este engranaje está liderado por dos nuevos 'jefes' sobre el campo, Pablo Hernández y Mata, con la ayuda de un gran Joaquín, han recogido el testigo y asumen el peso del juego valencianista aportando su clase y visión ofensiva. En definitiva, el devenir de las jornadas dirá si el Valencia es una alternativa clara o cuanto menos está como siempre peleando por estar arriba, pero lo cierto es que su inicio ha sido más que positivo.