martes, 17 de agosto de 2010

La apuesta del fútbol elegante y arriesgado

La Unión Deportiva Almería afronta su cuarta temporada en la máxima categoría del fútbol español con la humildad y la ilusión que le han hecho permanecer ahí durante tres años sin 'pisar' los puestos de descenso ninguna jornada. En el partido de presentación ante el Granada del pasado fin de semana en el Estadio de los Juegos Mediterráneos pudimos observar la idea de fútbol que llevará a cabo Juan Manuel Lillo al frente del conjunto rojiblanco para la campaña 2010/2011.

Su esquema es arriesgado, tanto, que supongo que irá cambiando dependiendo del rival. Lillo ha venido probando durante todos los encuentros de pretemporada con defensa formada por tres centrales, ante el equipo granadino, Carlos García - Acasiete - Rigo formaron la zaga aunque cuando comience la Liga el trio formado por Carlos García - Marcelo Silva - Jakobsen parece el más probable. Aún así, Lillo debería reflexionar y no cerrarse en conceptos inamovibles porque un equipo con calidad en los últimos metros y jugadores habilidosos rompería esa defensa sin muchos apuros. Al igual que hizo el curso pasado, los dos pivotes defensivos son prioritarios por delante de la defensa, sin embargo, ya no juegan en paralelo, sino que se sitúan uno por delante del otro, más incrustado entre los centrocampistas que entre la defensa. Presumiblemente el colombiano Fabián Vargas y Hernán Bernardello ocuparán esos puestos, con Vargas por detrás del 'cabezón' Bernardello. Tras la grave lesión que sufrió la temporada pasada y que marcó su primer año de adaptación al equipo almeriense, esta temporada debe ser la suya, ya que calidad y saber estar sobre el campo le sobra.

La llegada de Miguel Ángel Luque y sobretodo de Diego Valeri, aportan frescura y toque al mediocampo rojiblanco. A Valeri se le ven detalles del crack que deslumbró en Argentina con Lanús pero aún no está acostumbrado a la dinámica del Almería y debe evitar marcar con las manos sus desmarques, los defensores no son ciegos. Las bandas no han sufrido, afortunadamente, variaciones: Crusat por la izquierda y Piatti por derecha, si el partido se complica, Lillo los ordena intercambiarse.

Arriba es la otra posición en la que se ha dado un salto cualitativo (o eso parece), Kalu Uche no cuenta porque está a punto de ser vendido y se pierde al nigeriano de los 9 goles de la temporada anterior. Por contra, se ha firmado a Ulloa, cuyos 30 goles en la Liga Adelante durante dos temporadas convencieron a la directiva almeriense. El argentino me recuerda, salvando las distancias por el momento, a Álvaro Negredo, un nueve clásico pero de movimientos inteligentes, luchador, fajador y que siempre está bien situado dentro del área. Además, para alegría de la parroquia rojiblanca, parece que Henok Goitom esta temporada ha decidido implicarse en el proyecto de Lillo y, por momentos, recuerda al del Ciudad de Murcia, aunque todo dependerá de las lesiones, si lo respetan será importante, sino será otro año perdido para el sueco.

Con esta plantilla, el minucioso Juan Manuel Lillo ha dado la orden de no pegar un sólo pelotazo, quiere un fútbol elegante, vistoso, de toque y creación de jugadas elaboradas para llegar al gol. Con esa filosofía el público del Estadio de los Juegos del Mediterráneo se va a divertir seguro, pero como todo en el fútbol, dependerá de los resultados y la posición en la tabla. La primera prueba, en Pamplona, ante Osasuna.

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