domingo, 9 de mayo de 2010

Brillo culé...ansiedad merengue...

La Liga no se resolvió en la penúltima jornada pero estuvo cargada de emoción...en las segundas partes. El Barcelona saltó al Sánchez Pizjuán como si de una final se tratase y no tardó en demostrar su superioridad. Bastaron 5 minutos para que Messi encontrara el primer hueco y liderase el gran juego azulgrana. El Sevilla no tiró a puerta en toda la primera parte mientras Bojan inventaba otro espacio en la zaga andaluza para alargar distancias y reivindicarse ante Del Bosque.

La segunda parte comenzó con el mismo guión, el Barcelona no se conformaba con el resultado y el Sevilla seguía sin enterarse del partido. Pedro, desde fuera del área, puso el tercero y los sevillistas se quedaron con 10 por la impotencia de Konko, superado por Bojan durante todo el encuentro. A partir de ahí, el Barcelona se relajó hasta el extremo de permitirse encajar dos goles, pero aún así, el Sevilla no dió la sensación de poder empatar el encuentro en ningún momento. Luis Fabiano y Kanouté marcaron y acabaron extasiados, sin embargo, Antonio Álvarez dejó en el banquillo a Negredo, el más 'madridista' de toda la plantilla nervionense. La raza y las ganas del vallecano se echaron en falta la noche de ayer. Con el triunfo culé el Barcelona se ve campeón aunque tendrá que superar al rocoso Valladolid de Javier Clemente. Los pucelanos lucharán por sobrevivir una temporada más en la élite del fútbol español.

El espectáculo en la capital de España tuvo menos brillantez y más agobios, algo curioso si vemos que el Real Madrid acabó venciendo 5-1 al Athletic de Bilbao. Los madridistas comenzaron espesos, volcados en ataque sin encontrar resquicios en una defensa bilbaina bien posicionada. Una pifia de Higuaín golpeó en la mano de Amorebieta provocando el penalti y el colegiado Muñiz Fernández quiso ser protagonista mostrando una incomprensible tarjeta roja al venezolano. Cristiano Ronaldo asumió la responsabilidad y lanzó mal, tan mal que engañó a Gorka.

La comodidad del partido provocó que el Real Madrid sufriese otra de sus famosas desconexiones, los leones la aprovecharon y Yeste empató ante el desconcierto de la grada. Parece que los de Pellegrini necesitan verse en apuros para obligarse a reaccionar y esta temporada ha demostrado que en los duelos importantes esa fórmula es suicida. Los merengues se marchaban con empate al vestuario recibiendo la noticia del 0-2 barcelonista. La Liga estaba acabada y Pellegrini con ella.

Extrañamente, el Real Madrid no despertó en su segunda mitad hasta que el Sevilla recortó distancias. La ilusión blanca volvió a alumbrar y en un corner lleno de rechaces, Higuaín puso el 2-1. Tras el gol, los bilbainos bajaron los brazos y el Madrid se dedicó a tapar con goles sus carencias más visibles. Sergio Ramos, Benzema y Marcelo cerraron una esteril goleada en el posible adios del Bernabeu a uno de sus futbolistas más controvertidos, Guti.

El último encuentro madridista no será un paseo. La Rosaleda espera al Real Madrid con un Málaga que, como el Valladolid en Barcelona, necesita la victoria para no sufrir un doloroso descenso. Habrá emoción una semana más...

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